limitadores de sonido

Limitadores de sonido: el eterno enemigo que puede convertirse en nuestro aliado

El ruido forma parte de nuestro día a día. Teniendo en cuenta que el crecimiento de la actividad humana supone un aumento del ruido, es primordial tener conocimiento de las distintas fuentes de ruido y actividades productoras de ruido para alcanzar un proceso de desarrollo que garantice niveles adecuados de ruido ambiental. Por lo tanto, es indispensable crear un entorno donde se regule el impacto de las actividades en el campo de la contaminación acústica ambiental.

Las diferentes ordenanzas municipales nos obligan a cumplir con unos determinados valores límites de inmisión de ruido aplicables a emisores acústicos. Para ello, y cumpliendo con lo que dice la normativa, será necesario tanto, insonorizar el local donde se desarrolle una actividad ruidosa, como instalar un limitador de sonido.

¿Qué es un limitador de sonido?

Es un procesador electrónico instalado en la cadena de sonido que adapta la señal que se reproduce en el local con una serie de condicionantes especificados en la normativa. Su correcta configuración establecerá el nivel máximo emitido por la actividad con el fin de no sobrepasar los valores límites de inmisión, tanto en el interior de las edificaciones colindantes como en el área de sensibilidad acústica correspondiente.

¿Qué se necesita además de su instalación?

El propietario de un limitador de sonido debe disponer de un informe redactado por un técnico competente en materia de contaminación acústica y control de ruido, en el que se certifique su correcta instalación mediante la documentación y mediciones pertinentes.

Constará también, de un contrato de mantenimiento, en el que según normativa, se presentarán cada dos meses los datos almacenados, y se comprobará una vez al año que los parámetros de funcionamiento del equipo son los mismos que los del día de la instalación.

Es primordial saber, que durante el resto del año el propietario del limitador es el responsable de realizar una inspección rutinaria para chequear el buen funcionamiento del mismo.

Recientemente ha sido modificado el artículo 48, “Instalación de Equipos Limitadores-Controladores y Registradores Acústicos”, del Decreto 6/2012, por el que se regula la contaminación acústica en Andalucía, donde principalmente se especifica que será obligatoria la instalación de un limitador de sonido que permita asegurar, de forma permanente, el cumplimiento de los límites admisibles de nivel sonoro indicado en Decreto 6/2012 (tablas VI y VII), en aquellos establecimientos con equipos de reproducción o amplificación sonora o audiovisuales, cuyos niveles de emisión sonora pudieran dar lugar a superaciones de dichos límites, y en cualquier caso, cuando dichos equipos puedan generar niveles de emisión sonora superiores a 85 dBA o cuando se utilicen amplificación en actuaciones en directo.

Por otro lado, la normativa exige aislamiento acústico mínimo a determinados tipos de actividades si son colindantes o adyacentes con recintos protegidos, con la finalidad de proteger a la ciudadanía de un exceso de contaminación acústica.

Así, para las actividades que se realicen en cafeterías, pequeños bares, pastelerías… se les exige, normalmente, un aislamiento acústico a ruido aéreo de 60 dB.

Cuando los locales cuentan con actividades que provocan un nivel de contaminación acústica mayor, como es el caso de las discotecas, salas de conciertos, pub, academias de baile o gimnasios, que cuentan con equipos de reproducción sonora, un horario nocturno o una mayor afluencia de público, el aislamiento acústico que se exige puede llegar a 75 dBA.

Dicho esto, las actividades ruidosas deben poner los medios necesarios para no generar niveles de ruido que superen los límites establecidos por la normativa tanto en ambiente exterior, como en el interior de recintos colindantes, para ello deben de realizar un buen tratamiento de los paramentos del local para aislarlo acústicamente de manera que cumpla con los requisitos de la normativa, e instalar limitadores de sonido que funcionaran de acuerdo a un aislamiento acústico específico y a unos niveles de inmisión permitidos.

En definitiva, ¿Por qué se instala un limitador de sonido?

  1. Porque para determinadas actividades es obligatorio, según la normativa vigente.
  2. Porque garantiza el cumplimiento de los valores límites de inmisión de ruido, algo que es necesario tanto para cumplir con la normativa, como para trabajar con la tranquilidad de tener el conocimiento de que se está desarrollando la actividad sin molestar a los vecinos, y por lo tanto, librarte de denuncias y posibles procesos judiciales que se puedan desencadenar debido a molestias por ruidos.
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