Las construcciones tienen que cumplir un conjunto de normativas técnicas incluidas en el Código Técnico de la Edificación (CTE), en el que se establecen las normas que tienen que seguir los diseñadores y constructores de edificios para garantizar su seguridad y habitabilidad de los mismos. La tabla de aislamiento acústico de materiales forma parte de esas prescripciones. Recoge los valores mínimos de aislamiento acústico y fija los límites máximos de ruido que tiene que haber en cualquier estancia, ya sea una habitación residencial, un hospital o un aula de formación, por poner solo algunos ejemplos.
Lo que se pretende con el aislamiento acústico es prevenir que el ruido de un espacio pase a otro: de una habitación a otra en una misma vivienda; de una vivienda a otra en el caso de viviendas colindantes —a través de las medianeras— o del exterior al interior de la vivienda —a través de las fachadas—. Esa protección, aunque con diferentes valores, también se aplica a los edificios de uso público (hospitales, educativos) o comerciales.
Cuando hablamos de aislamiento acústico nos referimos a la capacidad que tienen los materiales y técnicas constructivas para reducir el ruido, es lo que se conoce como “índice de reducción acústica de un elemento constructivo o RA”. Y se mide en decibelios ponderados o dB.
Cómo funciona la tabla de aislamiento acústico
Para aplicar esta tabla, tenemos que tener en cuenta cuáles son los valores normativos que se establecen en el CTE y los valores promedios de aislamiento acústico de los materiales de construcción. Estos valores se obtienen de la información técnica que proporciona el fabricante, y que debe estar basada en pruebas de laboratorios y ensayos homologados. Sin embargo, la actual normativa obliga a la medición del aislamiento acústico “in situ”, es decir, una vez terminado el edificio.
Nos explicamos con un ejemplo:
En la tabla de CTE se establece que el aislamiento mínimo entre una medianería en contacto con otro edificio debe ser superior a 50 dB. Esto quiere decir que la pared que separa un edificio de otro debe ser capaz de reducir 50 decibelios del ruido que se genere en la habitación contigua. Este es el mínimo legal, el constructor puede optar por incrementar ese nivel de aislamiento.
Pero ¿cómo se consigue este aislamiento? Pues usando los materiales y las técnicas constructivas adecuadas. Los fabricantes de materiales, los arquitectos y constructores tienen que considerar: 1) los requisitos legales de aislamiento acústico y 2) el aislamiento que proporcione el diseño constructivo y el material empleado.
Así, por ejemplo, según el detalle constructivo de aislamiento acústico para la técnica conocida como hoja de hormigón armado, sabemos que podemos conseguir una reducción de ruido de 52 dB si utilizamos un espesor de 12 centímetros o 55 dB si utilizamos los de 20 centímetros.
Otro ejemplo lo tendríamos en el aislamiento en fachada. Sabemos que el aislamiento acústico del hormigón cuando empleamos paneles prefabricados de este material ronda los 60 dB. A priori, con esta técnica estaríamos cumpliendo la normativa del CTE, que establece un mínimo de índice de reducción de 40 dB.
Qué valores debemos tener en cuenta
Para saber si estamos cumpliendo con la normativa técnica, tenemos que tener en cuenta el valor “in situ”, el que se realiza con una medición con la metodología adecuada y por profesionales homologados. Este es el valor que dice si el edificio cumple o no. Las tablas de aislamiento acústico que se contemplan en el CTE son el mínimo exigible. Las tablas que utilizan los constructores y los fabricantes son los valores promedios de comportamiento acústico que tienen esos materiales en los ensayos de laboratorio.
Pero una construcción, se puede hacer mal por los motivos que sea, porque se producen fallos en la construcción o porque los materiales tienen defectos de fabricación. La única forma que tenemos de averiguar si estamos dentro de la legalidad es acudir a profesionales como https://acusticadoppler.com/, que se encarga de realizar ensayos de ruidos y aislamientos acústicos, estudios acústicos, informes de cumplimiento del CTE. Realizan ensayos “in situ”, tal y como obliga el CTE.