Una contaminación acústica prolongada en un entorno laboral puede causar diferentes patologías en los trabajadores como pérdidas de audición, estrés, problemas de comunicación y diversos problemas respiratorios o cardíacos. Por ello, el control del ruido industrial es necesario para evitar todo esto, y al mismo tiempo, conseguir aumentar la productividad en una empresa.
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Tipos de ruido industrial
El ruido generado por las máquinas industriales y por los diferentes procesos en una industria puede dañar el oído de los trabajadores y, al mismo tiempo, originar otro tipo de problemas como pérdidas de rendimiento o fallo en la coordinación de los equipos debido a dificultad en la comunicación, entre otros.
Se pueden clasificar los diferentes tipos de ruido industrial como:
- Continuos: es el ejemplo de la maquinaria que opera monótonamente como bombas, ventiladores o equipos de procesamiento.
- Intermitentes: es la fluctuación del nivel del ruido producido por aquellas máquinas que operan en ciclo.
- Impulsivos: se caracteriza por ser breve y muy exaltado. Un ejemplo de ello pueden ser las explosiones o impactos de una máquina troqueladora o de un martinete.
- De baja frecuencia: se caracterizan por ser continuos y por tener rangos de frecuencia comprendidos entre los 8 y los 100 Hz. Es el caso de los motores diésel.
- Tonal: producido por un impacto repetitivo que causa vibraciones continuas (motores, máquinas rotativas, ventiladores o caja de cambios).
Niveles de ruido permitidos en la industria
En España, el control de ruido industrial se regula por una norma incluida en el Real Decreto 1316/89 (sobre la protección auditiva de los trabajadores), amparada por el artículo 7 de un decreto europeo del año 1990 que controla el impacto acústico en los entornos de trabajo.
En él, se especifica que los niveles de ruidos permitidos en la industria se sitúan en los 90 dB. Por encima de este valor, el empresario está obligado a analizar sus causas y poner las medidas oportunas para que no se superen.
Control de ruido industrial: consejos
En líneas generales, se pueden realizar una serie de acciones para minimizar la contaminación acústica que se origina en un entorno industrial. Estos son algunos de los consejos:
- Reducción en su origen: se trata de las medidas encaminadas para evitar las vibraciones o el ruido emitido en la maquinaria. Entre ellas, una puede ser la instalación de paneles acústicos capaces de mitigar la contaminación sonora.
- Modificación del proceso productivo: en algunas ocasiones no hay más remedio, y aunque esto puede originar múltiples quebraderos de cabeza en una empresa, es necesario para preservar la salud de los trabajadores.
- Adoptar las medidas organizativas necesarias para mitigar la exposición del ruido a los trabajadores.
- Proporcionar EPI a los trabajadores.
La opción profesional: realizar un estudio de ruido industrial
Unos profesionales en acústica como Doppler pueden realizar un estudio de ruido industrial para realizar las medidas necesarias de su mitigación.
En él, se realizará un diagnóstico del estado actual elaborando un mapa de ruido donde se fijen los valores sonoros al objeto de poder delimitarlo por lugares o por zonas. A continuación, se realizará un plan de acción donde se fijarán las soluciones a medida para disminuir la contaminación acústica en la industria.
El control del ruido industrial es algo que debe ser tenido en cuenta no solo para preservar la salud de los trabajadores, sino para aumentar el rendimiento de los procesos constructivos. Es salud y economía en una misma medida.