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Claves para insonorizar un estudio de grabación

En un estudio de grabación es necesario conseguir la máxima calidad en el sonido. Pero, por muy buena calidad que permita su diseño, de nada serviría si permite la entrada de sonidos del exterior. Por ello, insonorizar un estudio de grabación es fundamental e imprescindible para un aprovechamiento profesional de estas instalaciones. Te contamos cómo conseguirlo.

Cómo debe ser la acústica en un estudio de grabación

Hablar de la acústica que debe haber en un estudio de grabación es hablar de dos términos que son diferentes, pero que tienen que ser compatibles entre sí: La insonorización y el tratamiento acústico.

Insonorizar un estudio de grabación implica evitar que entre ningún sonido exterior a él y, al mismo tiempo, que no salga para evitar posibles molestias a las personas del exterior.

El tratamiento acústico está enfocado a maximizar la calidad del sonido interior, controlando las reflexiones que se producen internamente para conseguir que las grabaciones suenen mejor.

Por lo tanto, el empleo de un aislante acústico para un estudio de grabación debe ser aquel que contenga una correcta insonorización y maximice su tratamiento acústico. De esta forma, se conseguirá una gran calidad en el sonido y se evitarán las posibles molestias que puedan ocasionar en su exterior.

Claves básicas para insonorizar un estudio de grabación

Ahora bien, ¿Cómo se consigue un estudio insonorizado? Anteriormente vimos que insonorizar implica el impedir que entre o salga sonido alguno de una habitación. Pero, ante una ausencia de ruido exterior, puede ser que una simple pisada o el ruido de un aire acondicionado, nos parezca un estruendo enorme. En el caso de un estudio de grabación, no debería haber ningún sonido que pueda contaminar la grabación, por lo que es conveniente que aparte de insonorizarlo, tener en cuenta todos los posibles ruidos interiores que puedan generarse.

En líneas generales, insonorizar una habitación para música o para grabación, implica la utilización de las siguientes metodologías:

  • Añadir masa o densidad: La masa en las paredes de una habitación evita que vibren debido a la energía del sonido producido. Si se construye el estudio de grabación desde el principio, se puede añadir la suficiente masa haciendo que sus paredes sean más gruesas a base de un material denso, como puede ser el hormigón. Si la habitación es existente, entonces habrá que añadirle estructuras adicionales como el vinilo cargado o con cualquier otro material duro que tenga una alta Clasificación de Transmisión de Sonido (STC).
  • Atenuación: Consiste en un método de insonorización que disipa la energía cinética de las ondas del sonido y las convierte en calor. El más usado y conocido es el Green Blue, que se instala entre dos paneles rígidos, creando una eficaz barrera de sonido que puede colocarse tanto en paredes como en suelos y techos.
  • Disociación: Se trata de bloquear las resonancias que puedan originarse en una habitación debido a la transmisión de las ondas de sonido entre dos superficies que están anexas. Para ello, pueden emplearse diferentes métodos como los suelos flotantes, las paredes dobles o la utilización de capas y tacos aislantes.
  • Sellado de aperturas: Los posibles huecos o aberturas existentes pueden producir ganancias o fugas considerables de sonido. Para ello, hay que identificarlos y corregirlos taponándolos mediante masillas acústicas, juntas de espuma o burletes en puertas y ventanas.

Cualquiera de estas técnicas está considerada como un excelente aislamiento acústico para un estudio de grabación. Y el empleo de todas ellas, es la mejor forma de conseguir insonorizar un estudio de grabación por completo. Para conseguir resultados profesionales, nada mejor que acudir a expertos en acústica.

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